Los ópticos-optometristas se hacen oír para su inclusión en Sacyl
Gran éxito de la campaña #ÓpticosEnSacyl para crear conciencia social sobre las ventajas de contar con estos profesionales sanitarios
Tras el éxito de la campaña de divulgación ‘Ópticos en SACYL. Por la inclusión de los ópticos-optometristas en la sanidad pública de Castilla y León’, el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León (COOCYL) comenzará una ronda de contactos con los grupos parlamentarios de las Cortes con el objetivo de promover iniciativas parlamentarias a favor de la atención integral de la salud visual de los ciudadanos. En este contexto, incorporar a estos profesionales en la sanidad pública de la comunidad, SACYL, como ya se ha hecho en 11 territorios del Estado español, supondría un avance cualitativo y necesario, con el que se contribuiría, además, a reducir las abultadas listas de espera en Oftalmología, que, a fecha 31 de marzo de 2023, ascendían a 52.296 personas, un 63% más que el año anterior, según datos oficiales del Gobierno regional.
Con este objetivo, COOCYL también está a la espera de una nueva reunión con la Consejería de Sanidad para seguir avanzando en este proceso de incorporación, que ha sido bien acogido en encuentros previos, tanto con la anterior consejera, Verónica Casado, en diciembre de 2019, como al inicio de esta legislatura con el que fuera director general de Asistencia Sanitaria, Francisco Javier Vadillo, al que posteriormente sustituyó en el cargo Silvia Fernández.
Salud visual incompleta
Para el decano de COOCYL, Luis Ángel Merino, la razón para que los ópticos-optometristas formen parte de la sanidad pública está clara: “Castilla y León cubre la atención de la salud visual de una forma incompleta en cuanto a los profesionales que ofrece para dar ese servicio. Las estadísticas revelan que entre el 70 y 75% de los pacientes que acuden a SACYL con problemas visuales precisan de una solución optométrica, y a día de hoy esa atención no existe al faltar el óptico-optometrista, que es el profesional formado y preparado para ello”.
“Podríamos insistir en los argumentos de tipo económico para hacer viable esta incorporación, pero lo más importante es que el paciente tendría un servicio más rápido, más especializado, y con una pronta solución para que sus problemas de salud visual se solucionen o se controlen, según sea el caso”, asegura
La prueba está en las 11 comunidades autónomas en las que hay ofertas públicas de empleo para plazas de personal laboral como ópticos-optometristas, donde los resultados han sido muy favorables. “Algo debemos de haber hecho mal en Castilla y León para no haberlo logrado todavía, pero espero que esto se revierta, porque desde el Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León no vamos a dejar de trabajar en este empeño, y estoy seguro de que pronto también aquí podremos ofrecer nuestros servicios como sanitarios que somos en el SACYL”.
Problemas de agudeza visual
En la misma línea, Ana Belén Cisneros, vicedecana de COOCYL, concreta que un 30% de las derivaciones desde el médico de atención primaria a la especialidad de oftalmología en la edad adulta se hacen por un problema de agudeza visual, pero este porcentaje aumenta hasta un 76% en la población pediátrica.
“Si esta disminución de agudeza visual se debe a un problema refractivo o a una alteración del sistema binocular se podrían derivar al óptico optometrista, ya que somos los profesionales que nos encargamos del sistema visual que está sano, pero que funciona de forma inadecuada”, explica, lo que redundaría en un beneficio claro para una gran parte de esas casi 53.000 personas que esperan la consulta de un especialista.
Cisneros recuerda también que, desde 2004, ya existe la categoría de óptico-optometrista en SACYL, lo que facilita su contratación, teniendo, además, una cantera de altísimo nivel gracias a los estudios universitarios del grado en Óptica y Optometría de la UVa, “lo que hace que nos sorprendamos todavía más de que seamos unas de las pocas comunidades autónomas en la que no tenemos representación en el sistema público sanitario”.
“Desde aquí queremos transmitir a la Consejería de Sanidad que el fin último de esta reivindicación que hacemos desde COOCYL es el paciente, que se beneficiaría de una mejor y más rápida atención en salud visual”, concluye.
Con estos argumentos, la campaña de COOCYL, que ha inundado los medios de comunicación y las redes sociales con las etiquetas #ÓpticosEnSacyl y #LoVemosClaro, ha incidido en las ventajas que supondría la incorporación de estos profesionales sanitarios en los centros de salud o en los hospitales de la comunidad, no sólo para avanzar en la detección y el abordaje de los problemas visuales de la población, sino también porque la medida supondría un ahorro para las arcas públicas de la comunidad.
En Andalucía, Aragón, Baleares, Cataluña, Extremadura, La Rioja, Madrid, Murcia, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana ya trabajan unos 400 profesionales integrados en los servicios de Oftalmología contribuyendo a una mejor asistencia visual tanto en hospitales como en centros de salud. Curiosamente, Castilla y León fue la primera comunidad autónoma de España, junto a Navarra, en reconocer la categoría profesional sanitaria del óptico-optometrista en 2004, pero sin llegar a un mayor desarrollo.
La incorporación del óptico-optometrista a SACYL supondría, además, un relevante ahorro de costes al sistema, como se desprende del informe sobre la ‘Ampliación de cartera de servicios en salud visual: una aproximación de evaluación económica’, entregado ya a la Consejería de Sanidad. En concreto, de acuerdo con las derivaciones desde Atención Primaria solo por problemas de agudeza visual –que se cuantifican en 74.000 personas al año en la población pediátrica y de 63.100 en la población adulta–, serían necesarias 31 unidades de Optometría en Castilla y León (15 para atención pediátrica y 16 para adultos), con un coste anual de 59.309 cada una, lo que supondría un desembolso de 1.838.579 euros, casi la mitad de los 3.642.300 euros de coste estimado en la actualidad.
Sin olvidar tampoco que Castilla y León es una de las pocas comunidades autónomas con estudios de Grado en Óptica y Optometría, totalmente consolidados y con una alta empleabilidad, tras una trayectoria de 27 años en la Universidad de Valladolid (UVA).
Además, los ópticos-optometristas afianzan cada día su papel en la sociedad como profesionales sanitarios en la atención primaria de la salud visual. De hecho, como se recoge en la última edición del ‘Libro Blanco de la Salud Visual en España’, del 70% de ciudadanos que se revisan la vista periódicamente, la mayoría (47%) lo hace en establecimientos sanitarios de óptica, siete puntos más que en 2017. Igualmente, al 85% de los castellanoleoneses les parecería bien que, ante un problema de salud visual, antes de que su médico los derive al oftalmólogo, hubiera un óptico-optometrista que los atendiera.
Así, el 63% de los ciudadanos considera las ópticas como un servicio esencial, y el 83% cree positivo disponer de un óptico-optometrista en la atención primaria. Una necesidad cada vez más acuciante que el Colegio de Ópticos-Optometristas de Castilla y León lleva años reivindicando.
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