Seguro de decesos: ventajas de planificarlo con antelación
La realidad es que cada vez más personas están decidiendo anticiparse y contratar un seguro de decesos antes de que sea urgente. ¿La razón? Porque organizarlo todo en plena tormenta emocional es una receta para el caos.
No se trata de ser fatalistas, ni de anticipar desgracias. Se trata de ganar tranquilidad, evitar marrones a tus seres queridos y asegurarte de que, cuando llegue ese momento inevitable, todo esté bajo control.
No es solo un ataúd y flores: lo que cubre (de verdad) un seguro de decesos
Cuando hablamos de seguro de decesos, lo primero que se piensa es: “vale, cubre el entierro”. Pero lo cierto es que va muchísimo más allá. Es un respaldo completo para tu familia cuando tú ya no puedes estar ahí.
Desde los trámites más pesados hasta el apoyo emocional, este tipo de seguro puede incluir:
El papeleo oficial (certificados, bajas, permisos… ese laberinto burocrático).
El traslado del cuerpo si falleces fuera de tu lugar de residencia.
Asesoramiento legal para los herederos.
Y en muchas ocasiones, incluso apoyo psicológico para la familia.
“Ya lo veré más adelante”: el error que pesa después
Dejarlo para otro día es tentador. Es un pensamiento muy humano. Pero también es arriesgado. Porque cuando algo ocurre de forma repentina, la familia no solo tiene que enfrentarse a la pérdida: también se encuentra con decisiones, facturas y gestiones que no esperaban.
Imagina el escenario: no hay seguro, nadie sabe qué hacer, empieza la búsqueda contrarreloj de funerarias, presupuestos, traslados… Todo mientras los ánimos están por los suelos. No parece justo, ¿verdad?
Planificar es un acto de amor (aunque suene cursi)
Sí, puede sonar a frase de anuncio, pero es verdad. Quien lo ha vivido lo sabe: cuando alguien deja todo preparado, el duelo se vive de otra forma. Más humana, más tranquila, más centrada en despedirse, no en hacer llamadas a notarios.
Prepararlo no es frialdad, es generosidad emocional. Dejar resuelto ese capítulo inevitable es, en el fondo, una forma de cuidar incluso después de haberse ido.
¿Por qué contratarlo antes de que sea urgente?
Porque hacerlo con antelación no solo evita disgustos: también tiene beneficios prácticos. Y no, no es una exageración.
Cuanto antes lo contrates, más cómodo es el proceso y más bajo el coste. Las primas suelen ser más asequibles y puedes personalizar muchos aspectos: desde si prefieres entierro o incineración, hasta detalles del velatorio, música, lecturas o últimas voluntades.
Además, hay seguros que desde el primer día ya cubren fallecimientos por accidente, y otros que incluso se adaptan si tu situación cambia con el tiempo.
No, no estás «tirando el dinero» si no mueres pronto
Esta es una de las frases más comunes que se oyen. Pero pensemos un segundo: ¿alguien dice que “tiró el dinero” por tener un seguro de hogar si su casa no se quemó?
El seguro de decesos es una inversión segura, literal y figuradamente. Tarde o temprano, se utilizará. Y mientras tanto, muchas pólizas incluyen servicios en vida: desde consultas médicas por teléfono, asesoría legal, testamento online… hasta descuentos en otros servicios familiares.
¿Ya tienes seguro de vida? No es lo mismo
Un seguro de vida está pensado para indemnizar a los beneficiarios en caso de fallecimiento o invalidez. El de accidentes cubre lesiones, hospitalizaciones y muertes accidentales. Pero ninguno se encarga del funeral, trámites, ni del apoyo legal o emocional.
El seguro de decesos cubre justamente ese vacío que los otros no tocan. Por eso, muchas personas los combinan: uno cubre lo financiero, el otro, lo práctico y humano.
No solo es para “gente mayor”
La idea de que este seguro es solo para personas mayores ya no cuadra con la realidad. Cada vez más jóvenes lo contratan como parte de su planificación familiar.
Personas que viven en otra ciudad o país, parejas jóvenes con hijos, mayores que no quieren dejar cargas… Cada vez más perfiles ven en este seguro una forma de organización responsable.
Y tiene sentido. Igual que contratamos un seguro de salud o un seguro de hogar, ¿por qué no uno que nos ayude a cerrar el círculo con calma?
La muerte es inevitable, el caos no
Puede que hablar de este tema no sea lo más agradable del mundo, pero evitarlo tampoco lo mejora. Tener un seguro de decesos es, en el fondo, una forma de cuidar incluso cuando ya no estás.
No se trata de pensar en la muerte, sino en la vida de los que se quedan. Y si podemos hacer que ese momento sea un poco menos doloroso para ellos… ¿por qué no?
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